El puerto pesquero de Bermeo, una visita imprescindible en la costa vasca
Introducción
En la costa vasca nos encontramos con un puerto pesquero lleno de encanto y con una larga historia detrás. Bermeo, un pequeño municipio pesquero con una población cercana a los 17.000 habitantes, se ha convertido en uno de los destinos turísticos más populares de la región. Su puerto, el principal motor económico del municipio, es una visita imprescindible para todo aquel que quiera conocer la esencia de la costa vasca.
Historia de Bermeo
Bermeo se fundó en el siglo XIII por aldeanos de Mundaka que decidieron establecerse en la desembocadura del río Oka. Durante la Edad Media, la villa tuvo un gran auge gracias al comercio del hierro con Inglaterra y al auge de la pesca. En el siglo XVII, Bermeo se convirtió en un importante puerto ballenero y en el siglo XIX, con la llegada del ferrocarril, se abrió el puerto a nuevos mercados.
Durante la Guerra Civil, Bermeo sufrió graves daños y su puerto también resultó afectado. Tras la guerra, el puerto se reconstruyó y se modernizó, lo que lo convirtió en uno de los puertos pesqueros más importantes de la cornisa cantábrica.
El puerto pesquero de Bermeo
El puerto pesquero de Bermeo es el alma de la villa. Caminar por sus muelles y contemplar la actividad de los barcos es una experiencia única. En el puerto, se puede ver el constante trasiego de barcos de pesca que llegan cargados de pescado recién capturado. Además, es posible adquirir el pescado fresco directamente de los pescadores y degustarlo en los restaurantes del puerto.
La lonja
Uno de los lugares más emblemáticos del puerto es la lonja. Este edificio, construido en 1929, acoge las subastas del pescado que se llevan a cabo de lunes a viernes por la mañana. La lonja de Bermeo es una de las más importantes de todo el Cantábrico y es un ejemplo de modernización y de adaptación de las tradiciones pesqueras a los tiempos actuales.
El museo del pescador
Otro lugar de interés en el puerto de Bermeo es el Museo del Pescador. En él se pueden conocer las técnicas de pesca tradicional y la vida de los pescadores a través de diversas exposiciones y audiovisuales. Además, el museo organiza visitas guiadas al puerto, donde los visitantes pueden conocer de primera mano las labores de los pescadores y la actividad del puerto.
La gastronomía de Bermeo
La gastronomía es uno de los atractivos de Bermeo. En los restaurantes del puerto se pueden degustar los platos más típicos de la cocina vasca, elaborados con pescado fresco y productos locales. Entre los platos más destacados se encuentran el marmitako, el besugo a la parrilla, el bacalao al pil pil o la lubina asada.
La ruta del pintxo de Bermeo
Para aquellos que quieran degustar la gastronomía de Bermeo de una forma más informal, existe la ruta del pintxo. Se trata de una ruta por los bares del puerto, donde se pueden probar los pintxos más típicos de la cocina vasca acompañados de un buen vino de la región.
Turismo activo en Bermeo
Bermeo, además de ser un destino turístico gastronómico, también es un lugar ideal para la práctica de actividades al aire libre.
Excursión a San Juan de Gaztelugatxe
Una de las visitas obligadas en una visita a Bermeo es la excursión a San Juan de Gaztelugatxe. Esta pequeña isla, situada a pocos kilómetros de la costa, es uno de los lugares más emblemáticos de la costa vasca. Se trata de un lugar mágico y lleno de encanto, rodeado de un paisaje espectacular.
Buceo en Bermeo
El mar de Bermeo es perfecto para la práctica del buceo. Las aguas cristalinas y la abundancia de vida marina hacen de Bermeo un lugar ideal para la práctica de este deporte. En la zona se pueden encontrar numerosas empresas que ofrecen cursos de buceo y inmersiones para todos los niveles.
Conclusion
Bermeo, un pueblo pesquero lleno de encanto y tradición, es un destino turístico ideal para aquellos que quieran conocer la esencia de la costa vasca. Su puerto pesquero, su gastronomía, su historia y su oferta de turismo activo convierten a Bermeo en un lugar imprescindible en una visita a la costa vasca. Sin duda, una visita que no dejará indiferente a nadie.